Que ganitas tenía de traeros torrijas, no tengo muchos
postres tradicionales….de hecho creo que estas torrijas son las primeras de las
recetas tradicionales que os iré trayendo poco a poco.
Como eran las primeras en el blog quería hacer las
clásicas, las de toda la vida, las que hacían nuestras abuelas.
Por desgracia yo no tengo ya a mis abuelas, como me
acuerdo de la abuelita Carmen, haciendo las torrijas de leche y de vino…. pero
tengo la bendición de tener todavía a mi madre y a mi suegra.
Con mi madre
para cosas de dulce no puedo contar mucho, porque ella no es muy de dulce, de
hecho los dulces los hacía siempre mi padre, que era muy de dulce, como así
salimos sus cuatro hijos.
Ahora, mi madre hace unos guisos y en especial un
Bacalao a la vizcaína que es para morirse….de gusto claro.
Pero la que si hace estos dulces tradicionales es mi
suegra y en cuanto le conté el plan se apuntó de inmediato.
Pídele lo que quieras a mi suegra que siempre está
dispuesta a arrimar el hombro.
Así que pasamos la mañana entres fogones y
fotografías.
La pobre nunca se había visto en otra igual, eso de
posar le hacía ilusión y confusión a
partes iguales.
De hecho con tanto apagar y encender el fuego para
hacer fotos al final quemamos el aceite y tuvimos que poner otro, bueno en
honor a la verdad lo colamos que mi suegra se negó en redondo a tirar el aceite
¡¡menuda es ella!!
Y como nos sobraba huevo y aceite, me hizo rebuscar
unos mendrugos de pan duro con tal de no desperdiciar nada…jajajaja.
Fue una mañana muy muy agradable y entrañable,
trabajar con ella codo con codo para que saliera algo bonito y rico fue genial,
cosa que espero repetir.
Ya sabéis que las recetas tradicionales no suelen
tener pesas ni medidas, y yo que estoy acostumbrada pesarlo y medirlo todo en
repostería, me volvía loca…jajaja.
Os transcribo
la conversación con mi suegra:
Yo: ¿Cuanta leche ponemos?
Suegra: Una poca, la que tu veas
Yo: ¿Y huevos?
Suegra: pues dos, o tres, a lo mejor 4…pon dos y vamos
viendo….
Yo: ¿y de aceite?
Suegra: lo que pida la sartén
Yo: ¡Voy a poner lo que me parezca de azúcar y canela!
Suegra: muy bien
jajajajajjajajaja
Así que os voy a dar la receta teniendo en cuenta lo
que yo gasté.
INGREDIENTES:
Un paquete de pan para torrijas, yo compré el de
Mercadona, no me encanta porque ya trae aroma de limón y canela artificial L pero con las prisas y el agobio es el que me dio
tiempo a comprar, si tu puedes comprar un buen pan mucho mejor, pero para que
te hagas a la idea del tamaño del pan.
3 huevos
Un litro y medio o 2 de leche entera
La piel de un limón de una naranja (yo mandarina que o
tenía otra cosa ;) )
La vaina de una vainilla abierta y raspada
Un haba tonka, no es necesario yo tenía y se lo puse.
Una o dos ramas de canela partidas por la mitad.
Azúcar y canela
suficientes para rebozar las torrijas
Aceite para freir, yo usé aceite de oliva suave
Miel al gusto para cubrir, pero esto solamente para los que son de
dulce.
ELABORACIÓN:
La noche anterior o por lo menos un par de horas, pon
a confitar la leche, es decir a aromatizarla, pones las pieles, las vaina de
vainilla, la canela en rama, el haba tonka en la leche, la calientas sin que
llegue a hervir apagas el fuego o lo pones al mínimo un ratito y tapas la olla.
Cuando veas que empieza a coger aroma si no has apagado la olla todavía es el
momento de apagarla y dejas tapada sobre el fuego apagado para que se vaya
aromatizando.
Es increíble el olor que desprende.
Pasado ese
tiempo cuelas la leche y la reservas, para mojar en ella las torrijas debe
estar caliente, es decir ni tibia ni ardiendo.
Pon el aceite en la sartén y caliéntalo, lo suficiente
como para que chisporroteé al echar la torrija pero que no se arrebaten, a la
segunda torrija le has cogido el punto seguro.
Mojas en la leche caliente una rebana de pan, que se
empape bien, pero no tanto como para que se te rompa.
Acto seguido la pasas por huevo y la echas en la
sartén con el aceite caliente. Cuando
veas que se dora por un lado le das la vuelta.
Conforme saques la torrija de la sartén la pasas por
la mezcla de azúcar y canela y la pasas a una bandeja.
Por último si quieres puedes poner un poco de miel
solo apto para muy golosos.
Espero que esta recetas clásica de torrijas de la
abuela, te haya gustado yo pasé una mañana estupenda haciéndolas aunque no pude
probarlas, pero en casa fue un delirio, hemos repartido a la familia a
regañadientes de mis hijas y marido…jajaja.
Pero como yo se las he probado en otras ocasiones a mi
suegra, doy fe de que están “riquismas”
Como siempre os dejo con el verdadero pedacito de
cielo:
“Estoy completamente seguro
de que tu bondad y tu amor
me acompañarán mientras yo viva,
y de que para siempre
viviré donde tú vives”
Salmo 23: 6
Que bonito Cristina, que bonito poder compartir recetas y que la compartas con nosotros, yo la pena es que mi yaya no se acuerda de las cosas porque me haría una ilusión tremenda tener sus recetas apuntadas en un librito porque son recetas únicas con mucho amor y cariño, besitos guapísima
ResponderEliminarMuchísimas gracias Anabel, un besazo.
EliminarReceta perfecta, porque a lo bueno del dulce en sí, añadiste la experiencia de Josefa, la armonía y cariño de dos generaciones.
ResponderEliminarMari
Tienes muchísima razón Mari, muchas gracias!
EliminarA mi me encanta los torrijas...son unas de mis postres/dulces preferidas de España! Las fotos están preciosas y tienen una pintaza estas torrijas!
ResponderEliminarMuchas gracias Tracey!
EliminarUna duda,que es un haba tonka? Y cuál es el truco para que queden jugosas? Porque mi abuela las hace y aunque le quedan buenas de sabor no consigue el punto de jugo,se quedan secotas y no es lo mismo. Las fotos una maravilla,muestran un ambiente acogedor y entrañable!
ResponderEliminarHola el Haba tonka es una especie de nuez moscada que tiene un aroma parecido a la canela, a la almendra y la vainilla. El punto es empaparlas bien en leche calentita sin que lleguen a romperse, un beso.!
EliminarMa he encantado la entrada de hoy Cristina, cuanta ternura y amor se transmite...
ResponderEliminarUn beso
Muchísimas gracias Olga, un beso!
EliminarHola Cristina, un gusto conocer tu blog.
ResponderEliminarVine de inmediato a mirar esta receta por esas manitas arrugadas que se parecen a las de mi mamá, qué bella foto y qué sentimiento me ha dado!!
Creo que esto que cuentas nos pasa a todos con las recetas de las abuelas o mamás y todo sale perfecto y uno tan afanado para medir todo milimétricamente y nunca quedan igual, jaja!!
Vengo del post de fotografía de Sonia en el que también colaboré. Muy lindo tu blog, me quedo por aquí.
Saludos!