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lunes, 30 de julio de 2018

Tarta Selva Negra




Sabéis que me he hecho abanderada en pro de los cumpleañeros de verano, y es que todo el mundo se merece su tarta así se agosto y caigan 45 grados en la tierra de Don Quijote.
Y si, lo habéis adivinado, esta Tarta Selva Negra fue mi regalo de cumpleaños para mi amiga Natalia de Brasil.

Ver su cara de emoción cuando apareció esta riquísima tarta Selva Negra, es lo que más se disfruta de esta loca pasión por la repostería.

Éramos unas 12 y la tarta voló en un pis pas visto y no visto.
Hizo las delicias de todos.

La combinación del chocolate, el almibar de kirsch, con la nata y las cerezas de esta Selva Negra, es que no deja a nadie indiferente.

Los clásicos lo son por algo, es verdad que pueden pasar de moda, pero cuando los rescatas son un éxito asegurado, porque no en vano fueron un éxito en su dia.

He querido darle un toque más actual haciéndola alta y nude cake, es decir sin cubrirla por fuera.

Me he basado en la receta de mi querida Virginia de Sweet and Sowr, que tiene buenísimas recetas, con unas fotografías para morir y además es un encanto de mujer que tuve el gusto de poder conocer en persona esta primavera.

Si bien es verdad que he tocado algunas cosas de su receta, la inspiración y la base me la proporcionó su detallada receta.







INGREDIENTES:
Para el bizcocho: 
200 gr. de harina de respostería
200 gr. de azúcar
20 gr. de cacao en polvo
10 gr. de café instantaneo
8 huevos M

Para el almibar:
50ml de azúcar
50ml de agua
Un chorrito de kirsch o en su defecto del jugo de las cerezas confitadas.

Para el relleno:
500 gr. de nata para montar si encuentras de 38% de materia grasa mejor y no hará falta que pongas el queso.
2 cucharadas de queso crema
1 ó 2 bote de cerezas en almíbar
100 gr. de chocolate negro para postres




ELABORACIÓN:
Del bizcocho:
Para 4 ó 3 capas de bizcocho de 18cm. 
Pudes usar tanto tres o cuatro moldes de layer cake de 5 cm de alto o un único molde de 18cm mas alto y luego hacer tres o cuatro capas.
Separamos las yemas de las claras , montamos con la ayuda de las varillas las claras por un lado y las yemas por otro, cuando espumen añadimos la mitad del azúcar a las claras y la otra mitad a las yemas, podemos hacerlo a mano perfectamente y seguimos montando hasta que al levantar las varilla podamos dibujar una letra y esta permanezca unos segundos.
Cuando estén montadas, añadimos las yemas a las claras con movimientos envolventes para que no se bajen.
Por otro lado tamizamos la harina junto con el café y se lo integramos a la mezcla anterior en forma de lluvia con la ayuda de un colador o de un tamiz y seguimos integrando con la ayuda de la lengua de cocina.
Precalentamos el horno a 180 grados y ponemos un disco de papel en la base del molde o moldes según lo vayamos a hacer repartimos la masa equitativamente si es el caso y horneas durante 10 minutos o 30 según el molde que uses,  de todas formas pasado este tiempo comprueba que está cocido pinchando con una brocheta, si sale limpio es que está bien horneado.

Dejamos enfriar unos 10 o 15 segundos y desmoldamos, envolvemos en plástico y la llevamos a la nevera.

Preparamos el almíbar para ello calentamos el agua y el azúcar hasta que se disuelva el azúcar., si no te gusta el sabor a alcohol o hay niños, pon el chorrito de kirsch al gusto cuando empieces a calentar el almíbar o si no te gusta nada de nada, pon un chorrito del jugo de las cerezas.
Reservamos.
Montamos la nata, para ello tendremos la nata, el bol y las varillas bien frías.
Si has conseguido la nata con un 38% de materia grasa mucho mejor, yo la encuentro en Carrefour de la Asturiana.
Si no la encuentras, cuando esté semi montada y le añadas el azúcar ponle las dos cucharadas de queso crema.



MONTAJE:

Ponemos un disco de bizcocho sobre una base de tarta, si es necesario los habremos nivelado con la ayuda de una lira o de un cuchillo de sierra grande.
Empapamos con el almíbar el bizcocho, ponemos la nata en una manga con una boquilla de estrella y rellenamos haciendo rosetones, aunque no es estrictamente necesario puedes hacerlo sin ella y extenderla con una espátula.
Decoramos con las cerezas, yo las partí por la mitad.
Si te gusta mucho el sabor de las cerezas, como a mí, puedes chorrear jugo con la ayuda de una cuchara sobre la nata.

Repetimos este proceso hasta acabar con ellas.

Para decorar cogemos la tableta de chocolate y con la ayuda de un pelapatatas o de un cuchillo bien afilado hacemos lascas de chocolate para terminar de decorar.

Espero que os guste y que lo hagáis. 
Cualquier duda podéis dejármela en mis redes FB o IG.
Podéis ver la elaboración de mis recetas en mis stories de IG así que no te las pierdas.

Como siempre os dejo con el verdadero pedacito de cielo.
“Pero todo el que invoque el nombre del Señor será salvo”
Hechos:1:21




lunes, 9 de julio de 2018

Grisines





Tengo una nueva pasión… y mis compañeros del curso de respostería lo saben y bien que lo sufren…jajajaja.
Me pirra hacer pan en general…a todas horas, todos los días…
Así soy yo y mi TOC, ya os he hablado de el…soy pelín obsesiva compulsiva y si me da por algo…me da.

 Dentro de mi adicción a  hacer pan podemos ubicar los grisines.

Los grisines son unas de los panes más ricos y fáciles de hacer.
Y ahora en verano son un picoteo espectacular, no se tardan mucho en hacer, ya que con estos calores levan enseguida y como no llevan mantequilla ni huevo, levan en un abrir y cerrar de ojos.

Y de horno tampoco van mal  los grisines que en unos 15 minutos los tenemos hechos, así que no quejarse, por favor…jajaja.

lunes, 2 de julio de 2018

Panna Cotta de choclate blanco



Nunca había hecho Panna Cotta y no se porque…
Quizás por mi poco entusiasmo hacia la gelatina, que tampoco se muy bien porque.
Pero ahora que estoy haciendo el Certificado de Pastelería en EFA La Serna en Bolaños de Cva. Ciudad Real, la estoy descubriendo y enamorándome poco a poco de ella.

Porque seamos sinceros, mis prejuicios hacia la gelatina, eran absurdos, lo único que hace en la Panna Cotta y demás elaboraciones es aportar textura, ni más ni menos, no le aporta sabor a esta delicia de postre, ni a ninguno, ni falta que le hace.

La Panna Cotta no es otra cosa que como su propio nombre indica en italiano nata cocida.

¡Pero que cosa más rica oiga!
No te digo nada si encima le pones un poco de chocolate blanco, por aquello de que si puedes poner chocolate blanco a algo ¿porque no?

En casa me han hecho la ola y la re-ola, les ha encantado esta Panna Cotta.
Y no penséis que eso es lo normal, aquí la family se acostumbra a tener dulce todas las semanas y son mis peores críticos gastronómicos…jajaja.

Pero claro es que era muy difícil resistirse a esta Panna Cotta si además la acompañamos de una salsa casera de frutos rojos…es que es para desmayarse de gusto, en plan síncope de las damas acomodadas de principio deo siglo XX.

Pero también es verdad que la gran mayoría de las cosas que elaboro no se quedan en casa, sino que  son para llevar a reuniones o cenas con amigos.

Así que este éxito de la Panna Cotta hay que celebrarlo.