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miércoles, 19 de febrero de 2020

Nuestro viaje a París



París es una de mis ciudad favoritas en el mundo, bueno decir en el mundo es probablemente una exageración, porque no he visitado todas las del mundo…
Pero dudo mucho que encuentre una ciudad que me cautive tanto como Paris.

Hace unos años hicimos una escapada a Normandía con unos amigos, un sitio maravilloso con mil lugares que ver, pero esa será otra historia.

En ese viaje una de las cosas que tenía muy claras es que yo quería bajar a Paris, nos pillaba a dos horas y solo teníamos un día para disfrutar de ella.

Me bastó unos segundos paseando por su calles y por sus puentes para determinar que volvería y que intentaría descubrirla a fondo. Cosa bastante difícil aunque vayas 5 días, hace falta mucho más, pero esos días son los mínimos para poder llevarte una pequeña idea de Paris.




Pero para ser sincera, no me sentí literalmente en París, hasta que no me senté en la Catedral de Notre Dame. Quizás el leer tanta novela histórica me influyera notablemente en esa sensación.
En un día recorrimos de la ciudad todo lo que pudimos y me fui de allí aquel día con la firme promesa de volver.



Eso fue en el 2012 y volvimos con la excusa de nuestro 25 aniversario de casados en el 2018, digo excusa porque nos fuimos los 4, mi marido, mis hijas y yo.



Llegó el momento de planear el viaje y tuvimos que tomar decisiones. Como os decía 5 días no son suficientes para descubrir esta ciudad ni ninguna otra.
Una de las previsiones que hicimos al preparar el viaje fue comprar las entradas con antelación para evitar colas, cogimos las entradas solamente sin visitas guiadas que las encarecían muchísimo.



La primera encrucijada fue Louvre si o Louvre no, hice hasta una en cuenta en mis stories de IG y la respuesta fue un empate.
No porque no quisiéramos ver el Louvre, si no porque yo sabía que con una mañana no puedes ver prácticamente nada y mucho menos disfrutarlo.
Al final tomamos la decisión de ver lo que pudiéramos del museo y disfrutarlo a tope, sabiendo que tendríamos que volver algún día.



Lo que no me esperaba es lo masificado que estaba el Louvre, quizás agosto no es el mejor mes.  Fue una experiencia bonita pero también muy estresante sobre todo para alguien como yo que odia con todo su corazón las aglomeraciones y los ruidos fuertes.
Pero como siempre tiendo a quedarme con lo bueno fue una experiencia maravillosa, pese a todo. 
Vimos lo obligado, La victoria Samotracia, La mona Lisa, la zona egipicia, La Venus del Milo, Código de Hammurabi, Las Bodas de Caná, de Veronese…



Por supuesto disfrutamos de La Torre Eiffel y subimos hasta la última planta para poder disfrutar de las vistas de Paris, esto es totalmente recomendable.



Pero una de las cosas que más he disfrutado de París es pasear por sus calles y más concretamente por sus puente, Paris tiene una luz especial de la que estoy enamorada, quizás sea por mi ojo fotográfico.



Pasear por sus calles, disfrutar de su comida en diferentes restaurante y sobre todo de sus crepes…muchos crepes, a los que mis hijas estaban abonadas.

También visitamos varias pastelerías como no podía ser de otra manera y probar sus deliciosos macarons, por supuesto.



Montmartre , el Moulin Rouge, las Tullerías, el Arco del Triunfo,  todo eso lo vimos paseado y es una de las mejores maneras de verlo.

En definitiva, volveremos 

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